lunes, 25 de febrero de 2008

LEYENDA DEL SALTO DEL ENAMORADO Y UNA HISTORIA DE FAMILIA

EUGENIO EGEA MOLINA

En la zona denominada La Galga, actual municipio de Puntallana (La Palma), donde destacan sus imponentes riscos, vivió en otros tiempos un valiente y osado pastor. Este, quedó prendado de una hermosa joven que ignoraba todas sus pretensiones hacía ella. No obstante, el mancebo no cejaba en su empeño de cortejarla; y la bella dama mantenía una total indiferencia.
Escultura al salto del Enamorado. Puntallana (La Palma)
La hermosa joven agobiada por la constancia del pastor en conseguir su corazón, quiso probar su amor pidiéndole un imposible y así liberarse, de una vez por todas, de sus cortejos.
Para ello, le pidió que antes de ser su esposa, debía acercarse al precipicio y, apoyando sus manos en su lanza (vara con la que los pastores canarios esquivan las dificultades orográficas), sorteara los abismos tres veces con su cuerpo sin caer.
El valor y la destreza del amante quedaron patentes en los dos primeros saltos; pero, en el tercero, cuando se encomendó a su dama, falto ya de fuerzas, no se apoyó en tierra firme, despeñándose en las profundidades del barranco.
El amor le cegó y murió por conseguirlo; su cuerpo nunca se encontró. Ella perdió la cordura y lloró todos los días que le restaron de vida.

Desde entonces, la gente del lugar para recordarlo, llaman al risco El Salto del Enamorado.
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14 agosto 2011
UNA HISTORIA FAMILIAR EN LA GALGA 

En el Cubo de La Galga,
bajo de un almendro en flor,
le dio mi padre a mi madre
el primer beso de amor.
Popular. 
Transmitida por Talio Noda

Hacienda de La Galga. Foto del autor
No sólo esta bonita leyenda se ha desarrollado en este magnífico entorno, otra historia de enamorados tuvo lugar por estos lares. Esta es la que les voy a relatar y compartir a continuación:

La Galga, en la Isla Bonita, es uno de esos sitios cuyo hermoso paisaje te hace sentir bien.
Desde la Loma puedes bajar por el barranco que llega a la costa y, desde el que un día, la laurisilva reflejaba los colores que el sol iba dejando al despuntar la mañana.
En el primer año del siglo pasado, allí, en su hacienda familiar, pasaba temporadas la joven Dolores, junto con sus padres y hermanos.
Como cada día, entró en la acogedora ermita que sus antepasados habían construido, para dar las gracias por lo que tenía. Luego, se sentó fuera en un amplio sillón de rafia con respaldo, que sus padres habían mandado a traer de Europa. Era un lugar, donde pasaba las horas, bordando y observando las correrías y travesuras de sus adolescentes hermanos.
Un día, oyó unos despavoridos gritos, que de ninguna forma le hicieron presagiar lo que le depararía el destino. Sus hermanos, corrían monte abajo como posesos.

La muchacha se dio cuenta que algo extraño sucedía. Los jóvenes despavoridos se dirigieron hacia la muchacha, y al llegar donde estaba; un hurón que llevaban, con el que habían estado de cacería furtiva en la montaña, lo introducen en un baúl y hacen que se siente encima Dolores. Ella, accede sin vacilar, como un acto reflejo protector, al percatarse de un peligro inminente que se cernía sobre ellos. Estos, veloces, se refugian en la casa.
Hemos de aclarar que el uso del hurón para la caza estaba terminantemente prohibido y perseguido.

Al rato, observó cómo la guardia civil, una pareja y un apuesto teniente, se acercaban y se dirigían directamente hacia ella.
Desde siempre le había impresionado el uniforme verde, con sus imponentes largas capas y tricornios de negro charol.

Ya, frente a Dolores, el oficial, con sus dos deslumbrantes estrellas doradas en la antemanga, se dirigió a ella, a la vez, que la miraba de una forma penetrante. Sobrecogida por el pánico, se limitaba a balbucear y asentir; pues enfrascada en mantener oculto "el cuerpo del delito" que no dejaba de moverse bajo ella, no lo descubrieran.
No escuchaba lo que la autoridad le decía. Solo, mantenía un modoso comportamiento, ante el pánico de verse sorprendida.
Ermita de S. Bartolomé en La Galga. Foto del autor
Al cabo de un rato, momento que pareció interminable y donde un frío intenso se apoderó de su cuerpo, el teniente y la pareja de guardias se despiden marcial y cortésmente.
Cuando se alejaron, respiró lentamente y tardó en volver a la tranquilidad, y ahí nos podemos imaginar que les dijo a sus hermanos...

Al día siguiente, cuando Dolores salía de su ermita, el oficial se le acercó galantemente y con un serio acento gaditano, le dijo: “si usted y su padre lo permiten, nos casaremos en esta ermita”.

Y así fue.

De esta forma, la familia Poggio unió sus vínculos con la de Egea. A partir de entonces, sus descendientes han vivido en las islas de La Palma, Tenerife y Gran Canaria, hasta la actualidad.

Esta es la narración que me transmitieron mis tías abuelas Josefa y Magdalena Egea Poggio (D.E.P.), de la que decían que Mamá Lola (la joven Dolores: Dolores Poggio Álvarez) les contaba a escondidas de su padre, Papa Juan (Juan Egea Urraco, el joven teniente) que ante todo, mantenía un carácter serio y prudente donde la rectitud imperaba. En agradecimiento y memoria.
Gracias a mi prima Conchi Poggio Egea y, a su padre Manuel Poggio Sánchez, así como a mi tío Luis Egea Manrique de Lara, cuya versión también la oyó en Málaga a su tío Luis Poggio (hijo de uno de los muchachos de la historia), por recordarme con el tiempo esta historia familiar. A Cristina López Díaz, mi cómplice, por darle un “toque femenino”.

ENLACE RELACIONADO



sábado, 23 de febrero de 2008

SILVESTRE DE BALBOA (1513-1620)

EUGENIO EGEA MOLINA

Autor canario que escribe la primera obra de la literatura cubana.
Con su poema épico Espejo de Paciencia, en 1608, se inician las letras cubanas.

Silvestre de Balboa Troya Quesada natural de Las Palmas de Gran Canaria, según consta en su partida fue bautizado el 30 de junio de 1563, debiendo nacer pocos días antes como era preceptivo.
Casa de Balboa en Las Palmas de Gran Canaria

Se traslada a América entre los años 1590 y 1600, inicialmente se le sitúa en la ciudad de Manzanillo (Bayamo, Cuba) –alrededor de 1604- y con posterioridad fijó su residencia en Puerto Príncipe (actual Camagüey), donde ejerció como escribano de su cabildo.
Fue el autor de la primera obra de la literatura cubana, en 1608 escribió Espejo de Paciencia; poema épico-heroico con sustrato histórico.
Balboa se basó en este poema en la visita que en 1604 realizó el obispo Cabezas Altamirano a las haciendas de Yaras, y el secuestro de éste por parte del corsario Gilberto Girón, desde su nave que se encontraba frente a Manzanillo. Los vecinos de Bayamo al tener noticias de la captura del obispo, organizaron una partida para enfrentarse a los corsarios. Hubo una encarnizada lucha que acaba con la vida del corsario provocada por el esclavo Salvador Golomón, lo que trajo consigo la liberación del obispo.
La obra sobrevivió al gran incendio que se produjo en Puerto Príncipe en 1616; es publicada integramente por primera vez en su segunda edición, en los siglos XVII y XVIII.
Balboa tenía una importante formación literaria y su obra contiene influencia de los escritores canarios Bartolomé Cairasco de Figueroa y Antonio de Viana.


viernes, 22 de febrero de 2008

QUESILLO

Postre de la isla de Tenerife

Ingredientes
10 huevos
1 lata leche condensada
1 litro leche
1 limon
Canela

Procedimiento
Colocamos los huevos en un recipiente y batimos, añadimos la leche condensada y la natural en la misma cantidad.
Batimos bien, añadimos canela y la ralladura de 1 limón.
Colocamos azúcar quemando al molde, tapamos con papel aluminio y luego con una tapa, colocamos a fuego lento al baño maría por una hora aproximadamente.
Lo dejamos enfriar, contaremos con un postre exquisito.

miércoles, 20 de febrero de 2008

CHICHARRONES

Un suculento plato que sirve para acompañamiento o enyesque (picoteo), a preparar en 9 pasos:
Ingredientes
- Una pieza de corteza de panceta de cochino, mejor si es atocinada. Es importante que sea de la piel de la panza, porque si no es así nos quedarán duros o imposibles de masticar.
- Un litro de aceite o una cantidad aproximada de manteca de cochino.
- Una cucharada de orégano
- Zumo de medio limón.
- Sal, al gusto.
- Un tazón de gofio (recomendable, pero opcional)
Preparación
1) Cortamos la corteza en trozos más o menos cuadrados de 3 ó 4 centímetros de lado, sin quitarle la grasa ni los trocitos de carne de hila que tenga en capas.
2) Echamos un chorro de aceite o embadurnamos con manteca el fondo del caldero para que no se peguen los chicharrones.
3) Ponemos entonces los trozos y vamos untándolos en aceite o poniendo trozos de manteca. Cuando estén todos en el caldero, añadimos aceite que justamente los cubra (o ponemos una capa de manteca que haga la misma función).
4) Guisamos a fuego lento, con el caldero tapado, removiendo suavemente de vez en cuando con una cuchara de madera. Así se irá fundiendo toda la grasa y las cortezas se quedarán blanditas, y se pegarán incluso unas con otras. Es importante no dejar que se quemen las del fondo. Ir removiendo constantemente.
5) Cuando la mezcla ya vaya tomando apariencia de fritura más que de guiso, destapamos y rociamos con el zumo de limón, para luego espolvorear con el orégano.
6) Subimos el fuego y ahora nos toca revolver despacio pero más frecuentemente, hasta que los chicharrones floten y se doren.
7) Notaremos que están listos porque flotan y les aparecen las bolsitas de aire. Cuanto más tiempo los friamos, más tostados (achicharrados) y crujientes se nos quedarán. Pero, cuidado, que si se pasan, se nos ponen amargos. Para evitarlo, de vez en cuando sacamos uno y con cuidado de no quemarnos los bezos los iremos probando, para dar con el punto de nuestro gusto. 8) Sacamos a una fuente y salamos.
9) Si los queremos auténticos, espolvoreamos con el gofio antes de que se enfríen. 10) Cuando estén completamente fríos.

Con buena compaña: a saborear y disfrutar (poquita cantidad que van saturados de calorías).

viernes, 15 de febrero de 2008

EXPRESIONES DEL HABLA CANARIA (III)

Dar un esperrío: gritar, espantar con voces.
Conocer por el cloquío: reconocer por la voz
Quedarse rasca(d)o: desconsolado, esperar algo y no cumplirse.
Coger la hebra: retomar un tema; no parar de hablar o dar vuelta a lo mismo Salir escalda(d)o: contrariado después de un varapalo
Ir ciego: de juego de cartas, generalización desconocer donde se va o que se hace, totalmente desorientado.
A/rrallate un millo: generalización de juego de cartas, un tanto a favor, muy bien, apuntalo a tu favor.
Pegarse un estampi(d)o: golpearse (¡se pegó un estampío con el coche!)
¿Tú vas a seguir?: respuesta que se da si alguien te esta dando la lata.
¡Salpica pa'llá!: decir a alguien que se vaya de su lado.
Pegar el tranque: dar plantón, dejar colgado a alguien.
Quedarse con la magua: quedarse con las ganas, con pena.
Don/Doña: Manera respetuosa de dirigirse a alguien mayor que uno (americanismo).
¡Mi niño-a!: Interjección para referirse a alguién de forma cariñosa (¿querías algo, mi niño?). En ocasiones, según la entonación, puede convertirse en reproche (Ya está bien, mi niña).

Ilustración: Cho Juaá y Pepe Monagas. Eduardo Millares Sall

EUGENIO EGEA MOLINA




miércoles, 13 de febrero de 2008

LA PROFECÍA DE GUAÑAMEÑE


EUGENIO EGEA MOLINA


Bencomo, mencey (rey) de Taoro y uno de los nueve monarcas de Achinet (Tenerife), hizo matar al adivino Guñameñe. Sin embargo, sus profecías no se acallaron y se cumplieron con el tiempo.
Los vaticinios de Guñameñe fueron pronunciados cuando Guetón, heredero al menceyato de Güimar, fue hecho prisionero por Bencomo. Debido a unos robos de ganado, Bencomo invadió el territorio güimarense apresando a Guetón y a Guañameñe.

lunes, 11 de febrero de 2008

GRAN CANARIA, ALGUNOS LUGARES DE INTERES

La isla de Gran Canaria es la tercera en extensión (casi 1.600 km²) Se encuentra a 28º latitud Norte y 15º 35' longitud Oeste. Está dividida en 21 Municipios, la mayoría de los cuales cuentan con un gran patrimonio de restos aborígenes.

Tras la conquista de Gran Canaria en 1478, los nuevos colonizadores, constituidos por familias de castellanos y portugueses, se asientan progresivamente en el lugar y durante casi medio siglo se mezclan con algunos miembros de la raza aborigen. Los repartimientos de tierras se realizan igualmente en esta zona de cumbres, adjudicándose las fincas y las aguas a la nueva población que ocupa el territorio.

La isla se encuentra dividida en 21 municipios. Entre ellos, podremos resaltar algunos lugares de interés:

GÁLDAR (AGALDAR)

Agaldar fue la sede de los Guanartemes de la isla hasta la llegada de los castellanos, desempeñando un papel singular en la Historia de la Conquista. Tenesor Semidán, fue el último Guanarteme. Junto con Bentaguaire, era hijo de Artemi Semidán. Al convertirse al cristianismo fue bautizado con el nombre de Fernando.

La primera iglesia de Gáldar estuvo ubicada en los mismos palacios del guanarteme; posteriormente, en 1778, se procede a la construcción de un nuevo templo.

Tenesor Semidán y Bentaguaire eran los hijos del Guanarteme de Gran Canaria, Artemi Semidán (finales del siglo XV)


El guanarteme Tenesor Semidan fue el último de los de Gáldar; se convirtió al cristianismo recibiendo el nombre de Fernando Guanarteme.

En 1485 la Corona de Castilla procede a repartir las tierras del antiguo guanartemado.

Con la Conquista, se convierte en la Villa de Santiago de los Caballeros de Gáldar. El primer templo del santo fue la “casa canaria” o palacio de los guanartemes donde se enterraron Miguel de Muxica y los vizcainos que cayeron en la Batalla de Ajódar (en el Sur de la isla), recinto donde, según la tradición, dijo la primera misa don Juan de Frías, obispo que convirtió a la ciudad en sede provisional de su diócesis.


En 1520, se funda un convento franciscano, lo que hace que muchas familias principales eligieran esta localidad como lugar de residencia, manteniendo el aire señorial.

Al igual que en Telde para el Sur, en Gáldar se ubica la administración del Norte (parroquia, alcaldía y vara de justicia, escribanía, hospital, distrito de repartimiento, convento, etc.) La Real Audiencia de Canarias ha residido temporalmente en Gáldar en dos ocasiones, en 1560 y en 1812.

GUIA (Tamaragaldar)

Los repartimientos de las tierras de Agaldar, comenzaron en 1485 y en los mismos corresponden al conquistador Sancho de Vargas y Machuca las tierras de la Dehesa de Tamaragaldar. En estas tierras donde Sancho de Vargas manda a construir una ermita en honor a Santa María de Guía, en torno a 1505 y que concluye en 1509. Alrededor de esta ermita va naciendo un núcleo poblacional que, poco a poco, va adquiriendo mayor protagonismo al construirse los ingenios azucareros. Se instalaron colonos de origen español y portugués, estos últimos muy relacionados con la explotación de la caña de azúcar, así como comerciantes y propietarios de origen genovés como las familias Riverol, Cibo de Sopranis o Cairasco, muchas de las cuales financiaron algunos de los viajes de Colón.

El nacimiento de la Villa de Guía se realiza ante la oposición de los vecinos de la Villa de Agaldar de la que dependían hasta entonces , los cuales protestaron ante el Emperador Carlos V. Siete años después del nacimiento de la Villa de Guía, el mismo Emperador Carlos V, en 1533 crea la Parroquia de Santa María de Guía.

ARUCAS (Arehuc)

Los orígenes de Arucas se encuentran en el poblado prehistórico de "Arehuc" o "Arehucas", que estaba situado en lo que hoy es La Hoya de San Juan

En la época de la conquista, Juan Rejón atacó este poblado en 1479 y unos años más tarde, Pedro de Vera derrotaría al famoso caudillo Doramas.

Tras el reparto de tierra y de aguas entre los conquistadores aparece Arucas en 1503 como una población agrupada en torno a la ermita de San Juan. Desde esta época empezó a cultivarse en el valle de Arucas el azúcar.

Ya en el siglo XIX, la burguesía impulsa el Municipio. Los beneficios obtenidos con el plátano, hicieron posible la transformación de la ciudad y la construcción de los principales edificios

MOYA

Moya toma su nombre del apellido del conquistador español beneficiado por los repartos de tierras en esta zona.

En 1515 se construye la ermita en honor a Nuestra Señora de la Candelaria, a partir de la cual comenzó el poblamiento de la villa con trabajadores encargados de labores agrícolas.

Tras la caída de la caña de azúcar se introduce otros cultivos (millo, papas) traídos del Nuevo Mundo. Con este nuevo cultivo, se incrementa la población de Moya.

A finales del siglo XVIII, y parte del XIX, las duras crisis que sufre la isla, y que también afectan a Moya, provocan la ocupación de tierras que formaban parte del Bosque de Doramas, lo que significa la desaparición de este enclave único en Gran Canaria.

El bosque de Doramas fue un bosque de laurisilva y al que el caudillo aborigen Doramas dio su nombre. Éste se refugiaba en el bosque junto a un grupo de guerreros, con los que organizaba ataques contra las tropas castellanas. Existen varios lugares, como el poblado de cuevas de La Montañeta o la Cueva de Doramas, testigos del pasado prehispánico del municipio de Moya.

En la época prehispánica a la parte de la costa norte se llamaba Lairaga , y al territorio del interior en donde se asienta actualmente el Municipio de Moya, se le denominaba Argumastel.

FIRGAS (Afurgad)

El término de Firgas, que deriva del topónimo aborigen Afurgad, y entre otras interpretaciones significa pradera o lugar de vegetación, es el municipio más reducido de la isla.

Las tierras de Firgas en el momento en el que se procede al Repartimiento de la isla, le toca al burgalés Tomás Rodríguez de Palenzuela.

El emplazamiento de Firgas obedece a las enormes posibilidades que atisbó Tomás Rodríguez de Palenzuela en estos predios, pues a las fértiles tierras que le tocó se unieron los amplios caudales que ofrecía el naciente de Las Madres, en el barranco de Guadalupe o Aumastel. Las amplias disponibilidades hidráulicas y agrónomas posibilitaron el desarrollo de una floreciente industria azucarera, construyéndose varios ingenios y dedicándose importantes áreas al cultivo de la caña de azúcar.

ARGUINEGUÍN (MUNICIPIO DE MOGÁN)

Al margen izquierdo de la playa de ArguineguÍn (El Pajar) se encontraba, cuando llegaron los castellanos, la antigua aldea de Arganeguir o Areaganigui, escenario de los intentos de invasión del normando Gudifer De La Salle en 1405. Hoy la aldea yace enterrada bajo las viviendas del actual barrio de El Pajar.

BARRANCO DE FATAGA

Nace en los pinares de San Bartolomé y corre encajonado entre Amurga y Ayagaures hasta desembocar en la charca de Maspalomas. En el lugar donde hoy se levanta el caserío de Fataga se asentó en su dia, Arfatagad.

El territorio de Tirajana desempeñó un papel muy importante en la conquista castellana pues muchos de los más importantes hitos se produjeron en dicha zona. Desde la entrada del Obispo Frías destruyendo el santuario de los canarios siguiendo con el ataque de Pedro Hernández Cabrón, el cual fue expulsado barranco abajo por los canarios en los primeros años de la conquista realenga, hasta el ataque por parte de Pedro De Vera a los focos de resistencia indígena en Tardía, Titana y Ansite.

Foto 1: Roque Nublo ( Tejeda)

Foto 2:Cenobio de Valerón ( Guía)

Foto 3: Necrópolis de Arteara ( Artenara)

Foto 4: Fortaleza de Ansite.Ultimo reducto de la conquista castellana

CRISTINA LÓPEZ DÍAZ


domingo, 10 de febrero de 2008

MANRIQUE DE LARA, ORÍGENES Y ASENTAMIENTO EN CANARIAS

EUGENIO EGEA MOLINA
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ORIGENES Y EVOLUCIÓN
Su origen parece vincularse con los reyes godos y, con posterioridad, a los Condes de Castilla y la Casa de Lara, uno de los cinco linajes más importantes y mayor poderío de la Castilla medieval. Tuvo enorme influencia, tanto en este reino como en el de León, en el período comprendido entre fines del siglo XI y mediados del siglo XIV. Dueños de

cuantiosas posesiones y vastos dominios en Castilla, León, Andalucía y Galicia; su poder fue equiparable al de la monarquía.
El apellido arranca de uno de los miembros destacados de la Casa Lara, el Conde y Señor Manrique (Almerico) de Lara (vivió aprox. de 1103 a 1165), al asumirlo en su honor sus descendientes por ser hombre notable que alcanzó la amplios poderes territoriales, gobernando soberana e independientemente, y descender de la realeza adopta el lema de familia: “Nos non venimos de reyes, sino reyes vienen de nos”.
Manrique fue tutor de Alfonso VIII de Castilla, primer Señor soberano e independiente de Molina y Vizconde de Narbona, esto último por su casamiento con Hermisenda –Ermesenda o Ermesinda- hija y nieta de los vizcondes de Narbona, descendiente única y sucesora de Aimerico III, que vivió alrededor de los años 1115-1175.
Hijo de Pedro González de Lara (al parecer casado primeramente o estrechamente vinculado a la reina Urraca de Castilla, con la que tuvo descendencia) y Eva Pérez de Traba; nieto por línea paterna del primer conde soberano e independiente de Castilla y Señor de Lara, Fernán González y Sancha infanta de Navarra (hija del rey Sancho García II de Navarra).
Hijo de Manrique y Hermisenda fue Pedro Manrique de Lara, Señor de Lara y de Molina, vizconde de Narbona, tutor del rey Alonso VIII. Casó con la infanta Sancha de Navarra, hija del rey navarro García Ramírez V y la reina Urraca hija de Alonso VII. De este tronco, parten las ramificaciones del apellido Manrique de Lara.
Debido a la grandeza, opulencia y poder del conde Manrique de Lara, así como el número de deudos y súbditos, calidad y cantidad de empleos y honores, hicieron que en el siglo XII sus descendientes tomaran su nombre como apellido; costumbre inusual en Castilla. De esta forma, se constituyó en tronco y principal ascendiente de la Casa Manrique de Lara; esta rama de la extensa e ilustre estirpe de Lara, fue la única que sobrevivió más allá de la Edad Media.
Sus sucesores ostentaron los más importantes títulos de Castilla como el ducado de Nájera, marquesado de Aguilar de Campoo, condados de Paredes de Nava, Osorno, Treviño, Triviana y Amañuelas; todos ellos con Grandeza de España. También dieron ilustres literatos como Gómez Manrique o Jorge Manrique, así como príncipes de la Iglesia y numerosos caballeros de Ordenes Militares.
El emperador Carlos V distinguió la Casa de Lara con Grandeza de España, manteniendo una gran influencia en la Corte, ostentando cargos importantes como virreyes, capitanes generales, embajadores y cardenales. Al igual sucedió en el reinado de su hijo Felipe II.

ASENTAMIENTO EN CANARIAS
Francisco Manrique, mercader burgalés natural de Orduña, provee el apellido en las islas Canarias, al instalarse en 1550 en el Real de Las Palmas. Sus padres fueron Andrés Manrique (hijo de Martín Sanz de Orduña y de María Sainz Manrique, residentes en Orduña cerca de Bilbao que vivieron durante el reinado de los Reyes Católicos) y Catalina de Salas (hija de Juan de Salas y Catalina de Quixada).
En las islas sus descendientes emparentan con importantes familias como Massieu, Bethencourt, Falcón, Llarena, Bravo de Laguna, Acedo, Pestana, Romero-Zerpa, del Río, Westerling, Quintana y, los títulos, de marqueses de Acialcázar, Torre Hermosa y Villanueva del Prado, y los condes de Siete Fuentes, Ponte-Ximénez y Bérriz (éste, en España penínsular).
Francisco Manrique de Lara instauró su familia en Canarias, que crece en importancia por su casamiento con Isabel Cibo Sopranis, hija del patricio genovés Felipe Cibo Sopranis. Constan como descendientes de este matrimonio:
- Andrés Manrique de Lara Cibo Sopranis, se estableció en Truxillo (Perú), con descendencia.
- Teodora Manrique de Lara Cibo Sopranis (Las Palmas 1565), continuadora de la familia. Enlazó con el capitán Juan Bautista de Amoreto, hijo de Juan Bautista Amoreto I y Blanca Rapallo. Sus hijos fueron:
- Alejandro Bautista de Amoreto Manrique de Lara (Las Palmas 1590) que forma la rama Manrique Amoreto (casa del condado de la Vega Grande). Casó en 1615 con Jacinta Calderín Tello, hija de Teodoro Calderín Balboa y Ana Xuárez Tello.
- Blanca de Amoreto Manrique de Lara, fundadora de la rama Manrique de Lara Cabrera (coroneles-gobernadores de Fuerteventura), matrimonió en 1609 con el capitán Lorenzo Gesquier (Las Palmas 1584) y en 1620 con Vicente Álvarez Travieso, de éste último sin hijos.
- Isabel de Amoreto Manrique de Lara, monja bernarda.
Así en Canarias quedan constituidas dos ramas familiares, iguales en importancia y méritos:
a) la Manrique de Lara-Amoreto (Condes de la Vega Grande de Guadalupe) vinculada a los mayorazgos Manrique, Truxillo, Alvarado y Castillo.
b) la Manrique de Lara-Cabrera (Coroneles de Fuerteventura), por enlace de Francisco de Asís Manrique de Lara del Castillo (Las Palmas 1765: La Oliva 1833) con Sebastiana
Casa de los Coroneles. Fuerteventura
Cabrera Cabrera
(La Oliva 1762; idem 1850), última del linaje de los Cabreras establecidos en Canarias fundada por el conquistador Alonso de Cabrera Solier, casado con Catalina Dumpiérrez.
Por otro lado, volviendo atrás y situándonos en el siglo XVI, Martín Manrique de Lara, hermano menor de Francisco fundador de la familia en las Islas, se instaló accidentalmente en la isla de la Gomera, cuando iba camino a Perú. Casó en esta isla con Isabel de Bobadilla Ayala, nacida en 1543, hija del capitán y gobernador de la Gomera Diego Prieto Melián y Ana Peraza de Ayala hija, a su vez, del Conde de la Gomera y Señor del Hierro Guillén Peraza de Ayala.
Martín Manrique de Lara fue capitán general y gobernador de la Gomera. Este matrimonio dejó como descendencia a:
- Águeda Castilla que enlazó en Hermigua (1599) con el sargento mayor Pedro Barnuevo y Carvajal; sin sucesión.
- Pedro Manrique que en 1604 matrimonió con Catalina Perdomo. Tuvieron una hija: Elvira Manrique.
- Francisco Manrique, regidor de la Gomera, su cónyuge fue Elvira Osorio, y sus descendientes:
a) Martín Manrique de Lara
b) Isabel de Bobadilla
c) Antonio Manrique de Lara
d) Juan Osorio Manrique
e) Mateo Calerio Manrique
f) Andrés Manrique de Lara
DISTRIBUCIÓN ACTUAL
En España, existen unas 900 personas que llevan el apellido Manrique de Lara. Estos principalmente se encuentran en Canarias, significativa y principalmente en la provincia de Las Palmas. En el resto de provincias o comunidades es inexistente o no llega al 5%.
Esto es ilustrativo si miramos el listín telefónico, observándose que no aparecen prácticamente personas que se apelliden así en la mayoría de las provincias.
Paradójicamente, es inexistente en los territorios del que es originario.
En nuestra búsqueda hemos detectado:
- Las Palmas: 104 abonados con este apellido
- Madrid: 25 abonados
- Cádiz: 10 abonados
- S.C. de Tenerife: 7 abonados
- Málaga: 5 abonados
- Granada: 5 abonados
Más certeramente, el Instituto Nacional de Estadística –con datos del padrón de 2006- incluye 513 personas con este apellido: situando en la provincia de Las Palmas con el mayor número (262), seguida a distancia por Madrid (97) y Cádiz (39).
De todo ello, podemos sugerir que Manrique de Lara se halla quedado abreviado en Manrique –de los que hay en todas las provincias de España, sumando unos 16099). Manteniéndose como Manrique de Lara en Canarias (concretamente en la provincia de Las Palmas, isla de Gran Canaria) y América.

ENLACE RELACIONADO:
Molina de Aragón: génesis de los apellidos Manrique de Lara y Molina


FUENTES:
- DE ZÁRATE COLOGAN, M. Árbol Genealógico de la Familia Manrique de Lara.
- PIFERRER, F. Nobiliario de los reinos y señoríos de España. Tomo III. Imprenta M. Minuesa. Madrid. 1859
- REGULO PÉREZ, J. (edit.) Nobiliario de Canarias. Tomo II. Imprenta Gutenberg. La Laguna, Tenerife. 1952.
- WIKIPEDIA. Casa de Lara

- Páginas Blancas de Telefónica







martes, 5 de febrero de 2008

ENTIERRO DE LA SARDINA Y QUEMAS EN LOS CARNAVALES CANARIOS

EUGENIO EGEA MOLINA

ENTIERRO DE LA SARDINA EN CANARIAS
El entierro de la sardina es el acto multitudinario con el que la mayoría de las localidades canarias culminan apoteósicamente su carnaval. Generalmente, se realizaba el miércoles de ceniza, para adentrarse en la prohibitiva y austera Cuaresma: como hemos apuntado, en Canarias se traspasan estas fechas y se alargan pasando de una localidad a otra -cada sitio tiene su propia programación de actos carnavaleros- casi hasta acercarse la propia Semana Santa.
Como su propio nombre nos indica se trata de la representación de un entierro, en este caso el finado es una sardina. Un gran recorrido realiza esta sardina, acompañada de un multitudinario cortejo de flamantes y desconsoladas viudas enlutadas rigurosamente, se expresan con esperpénticos “esperríos” plañideros y ataques histéricos con caídas al suelo e irreverentes convulsiones; así como de clérigos desvergonzados amantes de las buena vida y en compañía de símbolos sexuales, prodigan sus bendiciones. Amén de todo tipo de autoridades, mascaritas y disfrazados varios que con solemnidad y algarabía acompañan al muerto en su último trayecto.
El dolor por el fin del carnaval se entremezcla con la total transgresión, mostrada en un espectáculo cómico que parodia el acompañamiento al difunto. En estas representaciones cargadas de crítica y humor, se ridiculiza todo lo que está instituido.
De esta forma, con lloros y manifestaciones de dolor exacerbados, se lleva a la sardina hacía su destino final: la incineración de su cadáver. El fuego es el encargado de purificar lo que no gusta y hacer renacer los deseos.
OTROS TIEMPOS Y OTRAS REPRESENTACIONES TRADICIONALESAunque el entierro y quema de la sardina es lo que predomina en la actualidad por los distintos rincones isleños, en el pasado la costumbre era la quema de un machango o similar. En este sentido, Domingo J. Navarro en las postrimerías del siglo XIX, narra que con un rolo (tronco de platanera) se atravesaba con dos palos en sus partes baja y superior que servían como asideros; mientras en el centro se le hacía un agujero a modo de corazón colocándosele una vela encendida. En lo alto, lo tocaban con un sombrero para darle forma de figura humana. Acompañándose de un balde con agua y una escoba, se iba rociando todo lo que se encontraba. Después de diferentes ceremonias se le enterraba o riscaba por el barranco. Según Galván Tudela, en Agüimes y Agaete –Gran Canaria- han pervivido muñecos de estas características.
En la isla de Tenerife, varios pueblos y pagos mantienen viva la tradición de entierro/quema de monigotes o muñecos de trapos. En la Orotova tiene lugar la Quema de San Crispín, mientras en su barrio de La Perdoma el “dolor” lo produce el fallecimiento del Tío Pepe. Por su parte, los Realejos celebran el Entierro del Sr. Rascayú que, acompañado de música de fanfarria, acaba en el fuego en una noche de desenfreno. Y en Garachico se quema al Sansusino, monigote con forma humana, parece que su origen es portugués (el susino es un pez procedente de Madeira-Azores “lirio ferro”).
Todas estas expresiones de nuestro acervo cultural mantienen en común la exageración y las expresiones histriónicas de dolor envueltas en un desproporcionado ambiente lúdico-festivo que sirven de colofón a las carnestolendas.
FOTOS:
1. Carroza con la Sardina
2. Cortejo de la Sardina. Canarias7
3. Sansusino. Bienmesabe.org

FUENTES:
- BARRETO VARGAS, C.M. Los Carnavales. Los Símbolos de la Identidad Canaria. Centro de la Cultura Popular Canaria. La Laguna. 1997.
- BIENMESABE. Otros Entierros Tradicionales de nuestro Carnaval

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