EUGENIO EGEA MOLINA

Los vaticinios de Guñameñe fueron pronunciados cuando Guetón, heredero al menceyato de Güimar, fue hecho prisionero por Bencomo. Debido a unos robos de ganado, Bencomo invadió el territorio güimarense apresando a Guetón y a Guañameñe.
Bencomo hizo traer ante sí a Guañameñe, le preguntó por el futuro y esto fue lo que presagió:
- “Llegarán aves blancas y grandes alas por el mar, extrañas huellas cubrirán las arenas de las playas y se cuajará la tierra suelta de los montes. Entonces estará todo dispuesto para que se escuche el cruel sonido de la batalla. Arduo y prolongado será el combate. A su término sólo un terrible despojo será la isla, amargo como la derrota”.
Bencomo se enfureció y negó la profecía sobre la derrota, el amor por su patria y la libertad le hacían inconcebible esta idea, por lo que ordenó la ejecución de Guañameñe.
Sin embargo, la realidad se antepuso y la predicción comenzaba a cumplirse: las naves de guerra llegaban a Añaza y durante muchos años la sangre empezó a correr.
BENCOMO
Mencey de

El menceyato de Taoro ocupa los actuales municipios norteños de Puerto de la Cruz, La Orotava, La Victoria de Acentejo, La Matanza de Acentejo, Los Realejos y Santa Úrsula.
En el momento, que precede a la conquista castellana, Tenerife se organizaba en nueve menceyatos. Bencomo intentaba constituír un único poder en la isla, produciéndose roces y conflictos entre los menceyatos.
Bencomo muere en la batalla de Aguere (La Laguna)
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