Transcurría el año
de 1499, pocos años del final de la conquista de Gran Canaria en nombre de los
Católicos Reyes. En momentos que estos se encontraban embriagados de éxito por
las conquistas y descubrimientos de nuevas tierras, imbuidos en la construcción
de un nuevo estado llamado España.
Muchos años e
intentos fallidos costó la conquista de la isla de Canaria, abortada por los valientes
guerreros indígenas. Desde 1478 en que se instalan los castellanos, en el Real
de las Tres Palmas, hasta 1483, se mantuvo la isla sin tomar. Algunos años
después culminó la conquista de todo el archipiélago con las islas de La Palma
en 1493 y Tenerife en 1496, con mucho esfuerzo por la brava resistencia de sus naturales.
En estos primeros
años de colonización, Gran Canaria era tierra de conquista produciéndose los
repartos territoriales y de agua; desarrollándose una incipiente economía basada en la caña
de azúcar, el oro blanco. Asimilando una nueva cultura en una etapa de mestizaje y
simbiosis.