Mostrando entradas con la etiqueta COSTUMBRES/FOLKLORE. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta COSTUMBRES/FOLKLORE. Mostrar todas las entradas

miércoles, 16 de enero de 2008

AGRUPACIONES MUSICALES EN LOS CARNAVALES CANARIOS

EUGENIO EGEA MOLINA

Los grupos de música del carnaval canario constituye uno de sus pilares, miles de personas participan en ellos, tanto ensayando como preparando sus disfraces.
Su actividad no sólo se reduce a las fechas carnavaleras, sino que se extiende durante todo el año, con lo que en cada edición hay una superación de los mismos.
Entre las agrupaciones musicales propias de los carnavales en Canarias, encontramos las más populares, llamativas y que aparecen prácticamente en todas las islas: las murgas y las comparsas.
Murgas

Su origen se encuentra en los inicios del siglo XX, alrededor de 1906, cuando un grupo de zarzuela llega a Uruguay en la que algunos de sus miembros conformaron una especie de chirigota denominada Murga la Gaditana. Al siguiente año, en los carnavales apareció un grupo que se llamó “Murga la Gaditana que se va”; a partir de aquí se empieza a usar la palabra murga para llamar a estos grupos, hasta este momento denominados “mascaradas”.
Centrándonos en Canarias, las murgas son herederas de las chirigotas gaditanas. Sobre 1918, eran copias exactas de chirigotas, pero a partir de ahí fueron evolucionando hasta tomar personalidad propia y convertirse en lo que son en la actualidad.
Las murgas canarias son grupos con numerosos componentes, suelen superar las veinte personas. Recogen la música de canciones populares, generalmente superponiendo varias en un mismo tema, y le introducen letras que critican la política, otros carnavales insulares y la sociedad en general. Están hechas con humor e ironía, utilizando los pitos murgueros insertos en instrumentos musicales, además de percusión. En los escenarios usan componentes interpretativos: mímica exagerada y pantomima. En cada edición carnavalera cambian sus difraces, todos visten sobre un mismo tema o personaje, aunque el disfraz rey es el de payaso.
Son elementos populares de los carnavales y se organizan concursos en los que se premian las letras, puesta en escena, vestuario…
Las murgas que consiguen los primeros premios durante varios años se convierten en Afilarmónicas, distinción y rango respetado entre estos grupos. No participan en los concursos, si lo hacen es sin competir.
Tradicionalmente, estos grupos han estado formados por hombres, pero en los últimos años (finales de la década de 1990), han aparecido algunas murgas exclusivamente femeninas, como “Las Urracas”, “Ni muchas ni pocas”, “Ladys Chancletas” o “Las Clónicas”. Otras, como excepción, son mixtas.
Entre ellas aparecen murgas como Ni Fu-Ni Fa (afilarmónica, veterana de los carnavales canarios), Los Nietos de Kika (afilármonica, veterana del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria), Los Mamelucos, Los Arretrancos, Los Totorotas, Los Bambones, Los Chancletas, Los Singuangos, Los Rockefeller´s, Hijos de Caín, Los Serenquenquenes (afilármonica), Los Melindrosos (afilármonica), Sarandajos del Risco, Los Trotamúsicos…
Comparsas
Antiguamente, se trataba de grupos personas disfrazadas de la misma manera, así se denominaban en tiempos pasados.
A partir de la segunda mitad de la década 1970, esta nominación la toman agrupaciones de música y baile; tienen una fuerte influencia americana que les ha aportado una vistosa presentación de música, baile y vestimenta. Sus ritmos iniciales eran genuinamente brasileños, pero han ampliado su repertorio a ritmos latinos en general.
Las comparsas actuales se estructuran en tres secciones: “batucada” que aporta percusión y sonido, “parranda” formada por los cantadores y, “cuerpo de baile” que desarrolla las coreografías.
Cada año estrenan vestuario, todos de marcada influencia latinoamericana
.
Existen concursos para estas agrupaciones de “Interpretación y Armonía” en escenario y “Ritmo y Armonía” en los desfiles callejeros.
Entre estas se hallan: Los Cariocas (veterana de Tenerife), Los Timanfeiros, Los Joroperos, Jaguaribe, Los Danzarines Canarios, Río Bamba, Aragüimé…
Otras agrupaciones más restringidas y exclusivas del carnaval de Sta. Cruz de Tenerife son:
Las Rondallas y Agrupaciones Líricas

Podemos considerarlas como la parte culta del carnaval, dado que interpretan temas líricos, operísticos y de zarzuela.
Las rondallas se acompañan de instrumentos de cuerda: laúdes, bandurrias y guitarras.
Estas solo se mantienen en la provincia de Sta. Cruz de Tenerife.
Se cuenta con grupos como Los Fregolinos, Gran Tinerfe y Masa Coral Tinerfeña.
Entre los grupos del carnaval genuino y tradicional tenemos a los denominados Los Buches, localizado en las fiestas conejeras (Lanzarote).
Parranda marinera Los Buches

Es representativo de las antiguas parrandas o ranchos que animaban los carnavales de antaño.
En este caso concreto, se trata de una costumbre marinera y carnavalera que se mantiene en Arrecife (Lanzarote), conocid
a como Los Buches. Este nombre viene por llevar unas vejigas de pescado hinchadas (buches), con las que se golpean a quienes se encuentran.
Los Buches fueron suspendidos a partir de la Guerra Civil (1936), restaurándose en 19
63.
Los ropajes que utilizan son de campesinos típicos de Lanzarote. Llevan como instrumentos musicales una especie de acordeón de botones (forito) y el pito-pájaro (creado por Manuel Pérez, basándose en los pitos de los antiguos ranchos).
Su repertorio musical está compuesto de isas, habaneras, valses…
ENLACES RELACIONADOS:

domingo, 13 de enero de 2008

APUNTES SOBRE LOS CARNAVALES DE LAS ISLAS CANARIAS

EUGENIO EGEA MOLINA  
Las carnestolendas son una de las celebraciones más populares de Canarias, todas las localidades y rincones de las islas lo celebran.
Estas fiestas tienen un gran arraigo popular y se instauran en el archipiélago desde la época de su conquista en el siglo XV, manteniéndose hasta hoy con las transformaciones y evoluciones temporales.
Tal ha sido su enraizamiento en el pueblo canario que en épocas recientes no han podido suspenderlo ni la Guerra Civil (1936-1939), ni la prohibición que impuso la dictadura
franquista o la jerarquía eclesiástica (1939-1975). Todo por la honda tradición popular, que en el resto del estado español hizo que desapareciera.
Se trata de una celebración eminentemente profana, perdidos sus origenes en el tiempo, y del que participaron pueblos como los celtas y los romanos. A partir de la Edad Media, en el mundo cristiano, transforma su sentido, convirtiéndose en transición a la Cuaresma y la Semana Santa. Por este motivo su celebración tiene fechas variables entre enero y febrero, teniendo lugar en invierno.
Su significado está en la ruptura lúdica con la normativa y su transgresión, una licencia para desquitarse de la represión y abolir la jerarquía social. Es una época de satisfacción de los deseos y de regeneración de la vida, donde la ambigüedad y la pluralidad se convierten en normalidad.
Los disfraces y las máscaras son los protagonistas. Se baila y se canta: se exalta la vida. La alegría es compartida, se enriquece el espíritu colectivo. Todo esto se envuelve en sátira, crítica, humor e ironía que retroalimentan el sentimiento de libertad; rompiendo con la cotidianeidad y la monotonía.
En Canarias, actualmente las carnestolendas no coinciden con las fechas establecidas como tal, sino que traspasan con creces los tres días estipulados. Además concurre que en diferentes localidades isleñas se superponen su celebración: así cuando termina en un sitio empieza en el otro, con lo que se pueden extender durante dos meses y juntarse con la Semana Santa. Caricaturizando esto: a la vez que en un pueblo están saliendo las procesiones, en el del al lado están en pleno jolgorio carnavalero. No es real, pero casi.
Hay una frase popular que se repite de año en año, a modo de grito de guerra: "¿Me conoces mascarita?"; y esto, es que las calles están tomadas por el pueblo que ejerce su creatividad adquirida y modificada a través de las viejas tradiciones. Esta participación se entremezcla con un espectáculo que quiere exportarse como atracción turística, como es el caso de las Galas de la Reina o, más recientemente, las Galas de Drag Queen. Encuadradas ambas en el marketing y la incesante competitividad para destacar, sin reparar en gastos. Este es un aspecto, que se entremezcla con la realidad carnavalera de Canarias.
El culmen lo pone el fuego, con su sentido purificador y regenerador. El entierro de la Sardina es una parodia de la muerte, en que en un cortejo fúnebre se acompaña al "muerto". La sardina al final es devorada por el fuego, así es como Don Carnal vence a Dña. Cuaresma.

FOTO: Cristina López Díaz. Grupo de carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, año 1933 (Cristina López Díaz)

ENLACES RELACIONADOS
ENLACES DE CARNAVALES EN CANARIAS:

miércoles, 2 de enero de 2008

LA CELEBRACIÓN DE LOS REYES MAGOS EN CANARIAS


EUGENIO EGEA MOLINA

En las Navidades los días grandes son tres: Nochebuena-Navidad, Nochevieja-Año nuevo y Reyes.
Sobre la celebración de los Reyes Magos en Canarias, nos centraremos en este escrito.
Cabalgatas de Reyes
Cabalgata de Reyes en Arrecife (Lanzarote)
La festividad de los Reyes Magos -6 de enero- es el día más deseado por los niños: se convierte en el día de la ilusión, esperado con ansia y convertido en un día mágico, cargado de sorpresas. Con él se cierra las celebraciones navideñas, es el broche de oro con el que culminan las navidades.
La tarde-noche de Reyes – 5 de enero- se traduce en una de las expresiones más genuinas de la navidad tradicional canaria. Las cabalgatas de reyes, importadas en el siglo pasado de la Península Ibérica, traen consigo una auténtica fiesta que hace que los canarios masivamente salgan a la calle.
En las grandes ciudades canarias, las costumbres han cambiado y destacan los eventos multitudinarios, con conciertos, parrandas y puestos callejeros para comprar el último regalo. De esta forma, se espera la llegada de los Magos, mientras los niños se duermen para recibir sus obsequios, después de dejar sus zapatos a la vista.
La actual Cabalgata de Reyes de Las Palmas de Gran Canaria, recreada por el artista Néstor Martín Fernández en los inicios de la década 1940, desde sus inicios la ha venido organizando, año tras año, la Casa de Galicia.
Los días previos a la misma, los carteros reales y los pajes recogen las cartas y juguetes de los niños para repartirlos entre los más necesitados.
Auto de los Reyes Magos
Dentro de nuestras tradiciones, hay que reseñar que en varias localidades canarias siguen presentes los Autos de los Reyes Magos, exponentes de las primeras representaciones teatrales en castellano que se han mantenido en las islas canarias. Sus primeras representaciones se sitúan en la catedral de Toledo, allá por la segunda mitad del siglo XII.
Los autos de los reyes magos que se celebran en muchos pueblos de nuestras islas, una de las manifestaciones con mayor significado histórico. Muchos de los pueblos isleños aún mantienen estas representaciones, entre ellos: Agüimes, Gáldar, La Majadilla (Telde) Betancuria, Haría, Tegueste, Tejina, Candelaria y Garafía.
Representación del Auto en Agüimes (Gran Canaria)
Los textos en su mayoría están basados en el que escribió Gaspar Fernández (1785), adaptaciones de la orden jesuita o autores locales (en Agüimes se basa en texto del escritor local Orlando Hernández, en 1956).
Los vecinos participan masivamente en la representación con escenas sobre el nacimiento de Jesús, en una obra de carácter clásico con textos en verso, que llegan a su culmen con la llamada carrera de la estrella, momento en el que se pone en movimiento una estrella que indica el lugar del nacimiento.
Con el transcurso del tiempo, esta tradición religiosa ha ido evolucionando tomando un matiz más popular; lo que hace que en la actualidad se dé una combinación de elementos religiosos y profanos.

Y con la celebración de los Reyes, culmina el ciclo navideño. Al día siguiente, se recogen todos los ornamentos que desde mediados de diciembre nos han alegrado y recordado estas fechas.

ENLACES
- Algunas manifestaciones musicales en la navidad canaria
- Los belenes en la navidad canaria 


 
 




sábado, 29 de diciembre de 2007

EL BAILE DE LOS ENANOS

CRISTINA LÓPEZ DÍAZ

El último domingo de junio, los romeros ataviados con los trajes tradicionales de la isla de La Palma, bajan desde el santuario del monte y por el camino del Planto las 42 piezas de plata que componen el trono de la Virgen de las Nieves, Patrona de la isla de La Palma, entregándoles en la iglesia de El Salvador, refugio de la imagen durante su estancia en la ciudad.
Con la bajada del trono comienza en Santa Cruz de La Palma la Semana Chica, en la que se celebran actos como la Pandorga, un desfile nocturno de faroles de papel con luz de velas de múltiples colores y formas (estrellas, dragones, automóviles...) que, llevados por niños, recorren el centro de la ciudad a los sones de la banda de música.
En la Semana Grande de la Bajada de la Virgen, que comienza el segundo domingo de julio, intervienen los mascarones (gigantes y cabezudos), que simbolizan personajes como la bruja, la luna de Valencia y el Biscuit.
El miércoles es el día destinado al Minué o Danza del siglo XVIII, que sustituye a la Danza de Niños desde 1945, es la Danza de los Enanos. El acto está dividido en dos partes:
En la primera parte del acto, los danzantes representan cualquier personaje (monjes, japoneses, marinos, astrónomos, peregrinos, viejos, estudiantes, frailes, dominicos, atenienses...), mientras bailan y cantan, variando la letra y la música en cada edición.
Posteriormente, los danzantes entran por una puerta y salen por otra, transformados en enanos en cuestión de segundos, al tiempo que inician un baile rápido al ritmo de la banda de música municipal de San Miguel.
La polka que acompaña la Danza de los Enanos en la segunda parte es, desde 1925, siempre la misma y fue creada por el compositor palmero Domingo Santos Rodríguez. De la plaza de Santo Domingo, la comitiva de enanos se traslada a las calles de Santa Cruz de La Palma, donde continúan bailando durante toda la noche, hasta que los primeros rayos del sol de naciente se reflejan en los mástiles del barco de la Virgen, en La Alameda, el último de sus escenarios, hasta dentro de cinco años.
Si nos remontamos al siglo XVI, Obispo de Canarias don Diego de Deza y Tello ordenó el 19 de agosto de 1558 que en la fiesta de Corpus se iniciara la piadosa costumbre de hacer un teatro en la misma puerta de la iglesia de El Salvador donde se entronizara al Santísimo Sacramento y allí se llevase a cabo dignamente las representaciones, danzas y regocijos en su honor.
De esa forma, surge la figura de una Gigantes que actuaban junto a 'cabezudos y enanos' como se hacía tradicionalmente en algunos pueblos y ciudades peninsulares. Así, por el Siglo de las Luces, aparecieron en las entrañables fiestas palmeras unas figuras regordetas y fachosas que satirizaban, a las personalidades de la época y a las altas instituciones, todo ello envuelto en el más socarrón y exquisito buen humor.
Posteriormente, el Obispo de Canarias, Fernando Suárez de Figueroa , censura este tipo de actos en las iglesias palmeras a finales del siglo XVI, pero nunca dejaron de representarse en los festejos, aunque haciéndolo en lugares públicos.
Con motivo de la proclamación de Isabel II como reina, el sacerdote Celestino del Castillo Martín (1817-1874) escribe el 27 de diciembre de 1833 que a las ocho, además de la iluminación, empezó en las plazas y calles un graciosísimo baile de seis enanos y otras tantas enanas vestidas a la española antigua y terminó a medianoche, considerándose el primer documento conocido sobre La Danza de Los Enanos se conserva en el archivo particular del cronista de la capital palmera .
Hoy se celebran dentro de las Fiestas Lustrales de la isla Bonita.


sábado, 22 de diciembre de 2007

ALGUNAS MANIFESTACIONES MUSICALES EN LA NAVIDAD CANARIA

EUGENIO EGEA MOLINA
https://orcid.org/my-orcid
Como en cualquier celebración que se precie, la música es un elemento central e imprescindible en la Navidad canaria. Sin la misma perdería todo sentido, en este caso festivo. Al fin y al cabo, las manifestaciones musicales son exteriorizaciones para compartir, como lo es cualquier celebración; por lo que se convierte en un binomio difícilmente separable.
En este sentido, las navidad es la conmemoración jubilosa del nacimiento de Jesús. Más allá incluso que una cuestión religiosa pues se generaliza a la propia cultura e idiosincrasia de los pueblos.
Las Islas Canarias, no son la excepción. Dentro de su cultura de mestizaje ha sabido sincretizar y darle su propia peculiaridad.
Siguiendo a Alzola (1982), el 13 de diciembre, festividad de Sta. Lucía, era el punto de partida de la celebración navideña. En este día comenzaban las llamadas Misas de Luz –prácticamente desaparecidas- en la que las rondallas amenizaban las iglesias. Era costumbre que terminada las misas, se reunieran las parrandas para recorrer las calles cantando villancicos, de manera generalizada a Lo Divino. De ahí que se les denomine como Rondallas de Los Divino. Estas agrupaciones musicales estaban compuestas por cantadores y tocadores acompañados de guitarras, timples, bandurrias, laúdes, panderos, castañuelas, flautas y zambombas.

El organista de la Catedral de La Laguna, Fermín Cedrés recopiló el villancico Lo Divino –una versión culta del mismo- en la década de 1920. Esta versión es la más popular en el archipiélago, y se ha convertido en el villancico canario por antonomasia: Anuncia nuestro cantar/que ha nacido el redentor/La tierra, el cielo y el mar/ palpitan llenos de amor.

Actualmente existen Rondallas de lo Divino que cumplen con esta tradición navideña de llevar su música por las calles y barrios, como es el caso de la parroquia de S. Francisco de Asís de Sta. Cruz de la Palma, con más de 50 años de actividad ininterrumpida.

En este sentido, los Ranchos de Ánimas o de Pascua también llevan sus cantos en esta época. De estos, hemos hecho una reseña.

En las Misas del Gallo, celebradas de madrugada en Nochebuena, durante o al final de la misma se cantaba y se hacían representaciones musicales.

En Guía (Gran Canaria) se hacía el baile de la cunita; desde hace unos años se ha rescatado y por gracia se sigue realizando. Consiste en que cuatro parejas bailan al ritmo de seguidillas, dando vueltas alrededor de una cuna que contiene una figura del Niño Jesús, los hombres van en una dirección mientras las mujeres van en otra, formando dos rombos. La letra popular dice: Este niño chiquito/no tiene cuna/su padre es carpintero/que le haga una.

Asimismo, en otros lugares se realizan los llamados Baile del Niño o Tajaraste del Niño, concretamente en los pueblos tinerfeños de la Matanza de Acentejo, Punta del Hidalgo, Taganana y el Rayelo (El Sauzal), acompañados de tambor, flauta, pandereta, castañuelas y pandero con ritmo de tajaraste.

Como en cualquier lugar de las islas, de forma genérica mis recuerdos de principios de 1970, me llevan a las misas del gallo en Teror en que un grupo de niños del pueblo formaban coro vestidos de pastorcitos, promovido y organizado por las hermanas Álvarez, cantaban sus villancicos (era lo que ingeniosamente Peyo Benítez ha denominado los Niños del Tirol). Más adelante, siendo un poco mayores con el grupo Los Chicharones interpretábamos la Misa Sabandeña a la que añadíamos villancicos canarios. Luego la algarabía musical seguía en la calle.

Con estas pocas letras dejamos constancia que en cualquier lugar de nuestra geografía isleña, de una u otra manera, la música tradicional ha estado vinculada a las celebraciones navideñas, palpándose en calle de la mano de agrupaciones musicales.

FOTO: Representación musico-teatral con trajes típicos en la década de 1940 (cedida por Mª Dolores Egea)
REFERENCIA
- ALZOLA, J.M.
La navidad en Gran Canaria. Cabildo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 1982.

ENLACES
- Algunos elementos del folklore navideño en Canarias
BENITO CABRERA (bienmesabe.org)
- El villancico
CARLOS DELGADO DÍAZ (bienmesabe.org)
- Los belenes en la navidad canaria EUGENIO EGEA MOLINA (temas canarios)
- Los Ranchos de Ánimas. EUGENIO EGEA MOLINA (temas canarios)
- Recuerdos en la Navidad Canaria. PEDRO GRIMÓN (bienmesabe.org)


domingo, 9 de diciembre de 2007

LOS BELENES EN LA NAVIDAD CANARIA

EUGENIO EGEA MOLINA
orcid.org/0000-0002-9433-6298

Los belenes o nacimientos, son elementos tradicionales en la Navidad canaria. Antiguamente, y no hace tanto, cada hogar acogía verdaderas obras de arte que se hacían y preparaban con mucho mimo. Hoy, el árbol de navidad, le ha desplazado y convive al menos con un portal que contiene las figuras centrales.

Acerca del origen de los nacimientos, habría que remontarse a la Italia del siglo XIV donde se exponían en algunas iglesias. Su expansión se produce entre los siglos XVII y XVIII en el orbe de influencia católica; entre ellos España, y por supuesto, Canarias.
Históricamente, la preparación de nuestros belenes, comenzaba el 13 de diciembre, festividad de Sta. Lucía. En ese día se comenzaba con la siembra de trigo, alpiste y granos en pequeños recipientes, hasta que brotaban aproximadamente en los días posteriores (10-12); esto parece costumbre traída de la Madeira (ALZOLA, 1982).
En las figuras sobresalían sus indumentarias, la arquitectura popular, escenas de la vida cotidiana; alejado del tiempo y las tierras en que se produjo este evento. Asimismo, se colocaba el portal,
las casas, desierto, cuevas, barrancos, montañas y riscos realizados de corcho, piedras, arena. Se recubrían con musgo, veroles, helechos (desaconsejable y antiecológico por la deforestación y urbanización que padecemos) y las semillas plantadas. Lo último en colocar era la figura del Niño Jesús, así que durante varios días permanecía todo montado a falta del mismo; este se ponía el 25 de diciembre, conmemoración de su nacimiento.
Aún recuerdo, en los inicios de los años 70, salir con mis primos a arrancar el corcho de los alcornoques en el Castaño y Osorio (Teror) (hoy prohibido y protegidos); así como recorrer las montañas de el Álamo a coger musgo y helechos. Hoy, existen imitaciones comerciales de estos, no siendo necesario destrozar estas plantas.
Con posterioridad, empezabamos con una laboriosa actividad para realizar todo el montaje del belenístico: hacer montañas, ríos, campos, cuevas y desierto; colocar las casas y las figuras… En fin, con muchas ganas y paciencia.
Aquello lo recuerdo, desde mi mentalidad infantil, con nostalgia: era trascender la realidad e iniciar algo que hacíamos conjuntamente con exagerada ilusión.
Por tanto, remontándonos al principio, el trece de diciembre significaba el pistoletazo de salida de la Navidad en Canarias y, según José Miguel Alzola (1982), se recitaba: El trece de diciembre es santa Lucía,/menguan las noches/crecen los días/.
En la actualidad, el belenismo hoy mantiene su arraigo profundo. Encontrándose estas obras por todos los rincones isleños, realizadas con arte y cariño. Son expuestos en muchos espacios públicos: plazas, iglesias, centros comerciales…
En los últimos años, han aparecido belenes inmensos con todo tipo de detalles sobre nuestras islas, donde se reproducen magistralmente localidades isleñas: con sus personajes con vestimenta típica, arquitectura popular, la vida diaria monumentos naturales y artificiales de Canarias… También otra de las inspiraciones han sido los aborígenes. Así tenemos como transformación y adaptación el belén canario tradicional y el aborigen.
Muchos artistas se han agrupado en asociaciones de belenistas y se han diseñado rutas organizadas para visitar los nacimientos.
Como variante, en la playa de Las Canteras se realiza un monumental y artístico belén realizado con arena. En ella intervienen diferentes artistas internacionales, incluso se introducen las nuevas tecnologías: nuevos tiempos con nuevas formas, incorporadas a la tradición.
También en Canarias destacan los múltiples belenes vivientes que se representan en muchas localidades, como en Tigaiga (Los Realejos), Sardina de Gáldar o Casa Pastores.
En fin, los belenes se han constituido en una tradición que se ha hecho propia y se transmite dentro del legado cultural de los canarios, como forma de exteriorizar su significado de la Navidad.

Referencia:
- Alzola, José M. La navidad en Gran Canaria. Cabildo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 1982.


Fotos: belén canario de Cristina López y Eugenio Egea


lunes, 3 de diciembre de 2007

TEROR TAMBIÉN ES MÚSICA

EUGENIO EGEA MOLINA

Teror siempre se ha conocido, y alabado, en muchas facetas, pero menos en algo que es cotidiano en el mismo:la Música.
En estas notas testimoniales dejamos constancia de algunos factores que han influido y han vinculado la Villa Mariana con lo musical. Nuestro breve discurrir recorrerá los últimos 30 años del siglo XX.


Teror, siempre ha sido, aparte de su belleza inigualable, por su vegetación como por su peculiar arquitectura, lugar en el que todos los grancanarios nos identificamos.
Centro mariano, donde se encuentra la Virgen del Pino, patrona de la Diócesis de Canarias, y de la canariedad. Lugar de celebración de una de las romerías más importantes de las Islas, y punto de encuentro de parrandas en estado puro.
Néstor Álamo lo dejó en sus coplas, y todos los canarios cantamos:
Ay, Teror, Teror/ ay Teror que lindo estás/ que bonita está la Virgen/ en lo alto de su altar…
La Villa, acogedora y entrañable, se caracteriza por la hospitalidad y generosidad de sus gentes: nadie es ni se siente forastero. Allí, puede disfrutarse plenamente sus bondades y encantos.
Sobre todo eso y más, plumas prestigiosas y autorizadas lo han glosado, como el mencionado Néstor, Francisco González Díaz o Miguel de Unamuno.
Pero la Villa es algo más que generosidad, belleza, apacibilidad… Su historia ha estado jalonada por el amor a la Música, en todas sus vertientes. Y es que Teror es un pueblo musical: Vivan las canciones de Teror, viva la alegría... (Isa a Candidito. Popular)
Banda de Música. Foto: Alexis Naranjo
Los pentagramas y corcheas han marcado a sus gentes y las han convertido en algo cosustancial a sus vidas: expresando, viviendo y compartiendo emociones, inquietudes, sentimientos… Han sido el centro de celebraciones, encuentros y festejos; y por supuesto, con todo lo relacionado con la Virgen del Pino.
En esto, han contribuido una veterana banda de música (constituida en 1869) y verdaderas sagas de músicos: Benítez, Vallejo, Suárez, Álvarez, Doñoro, González, Peña, Naranjo, Quintana, Dávila… Aunque la mayoría, no se ha dedicado profesionalmente ni ha recibido una formación académica; pero su agudeza, gusto, pericia y ganas han superado con creces la ausencia academicista, pues lo han realizado de manera autodidacta: oyendo y mirando (doble mérito). La música ha envuelto sus vidas desde su comienzo, en casa y en el pueblo.
Un revulsivo fue el investigador y folklorista Talio Noda –Maestro y Amigo-, cuyo primer destino como profesor fue la Villa, allá por los años 70. Allí, rompió muchos moldes e introdujo la asignatura de Música, cuando ésta no se encontraba en los currículos escolares. Música con mayúsculas, de todos los géneros y tipos; así como una introducción al solfeo. Además, transmitió su amor por la misma y por el folklore, animándonos a investigar coplas y costumbres, recuperando mucho que estaba abocado al olvido. Añadir, su incesante inquietud plasmada en la creación de un coro, donde muchos educaron sus voces y aprendieron tocar instrumentos. Lógicamente, todo ello extralimitaba su función de profesor, dedicándose por completo, durante muchos años, a una labor altruista y generosa. Personalmente, considero que se le debe un reconocimiento oficial por haber sembrado talento, inquietud y afición por la música y el folklore.
De ello, tomaron muy buena nota mis hermanos-amigos Peyo y Manolo Benítez que han desempeñado una encomiable actividad musical.
En los últimos tiempos, muchos terorenses se han formado en conservatorios superiores, hay músicos profesionales en coros, bandas, grupos y orquestas. Muchos otros, participan en grupos en sus ratos libres haciéndolo con calidad y perfeccionismo; también los hay que la promocionan gestionando actividades de este tipo.
La Banda de Música también ha sido una importante escuela y cantera. En 1982, Eusebio Bravo, inicia una ardua tarea recomponiendo y reorganizando una casi inexistente banda, luego como director y docente hasta la actualidad. El Ayuntamiento le ha reconocido merecidamente, nombrándole Hijo Adoptivo (1996).
Los Roneros, 1978. Foto del autor.
En estos años, Teror ha contado con una banda de música (en el presente con unos 40 jovenes componentes), varios grupos folklóricos (Los Chicharones, Los Roneros, La Parranda de Teror, Parranda del Barranquillo, Los Paperos, Los Cesteros, Rondalla de la 3ª edad…), la orquestas Chocolatina (música española de los 80), Impacto (bailes y verbenas) la Golosina (salsa, desde 1994 en activo)… Amén de los pocos Ranchos de Ánimas que perviven (de los que hablamos en otro lugar).
Un sitio destacado para dos agrupaciones folklóricas: Los Chicharones y Los Roneros, de las que son herederas las actuales.
Mención aparte, en los Carnavales de Las Palmas de Gran Canaria componentes de las distintas formaciones y músicos individuales de Teror, se reúnen desde hace más de 13 años y disfrazados de señoritas con uniforme azul marino de banda de música, amén de los respectivos instrumentos, dan unos conciertos "histriopresionantes" por la ciudad (Triana, Canteras, Mesa y López…), se trata de Las Niñas de la Banda. Espectáculo y diversión, garantizados.
Muchas de estas entidades mencionadas, se han constituido en asociaciones culturales, con lo que promueven y generan actividades que proyectan y promocionan la música; cumpliendo así un importante papel.
Desde 2001, se ha conseguido una anhelada Escuela de Música, con una formación oficial y reglada, que ha tomado el nombre de Candidito (Cándido Ortega), profesor y director por muchos años de la Banda de Música (1928-1956). Hay que subrayar que fue conseguida con mucho esfuerzo y tesón, pero que mantendrá, aumentará y mejorará esta vocación musical.
Con todo esto, este valioso patrimonio del pueblo queda garantizado, con una ingente camada de gente joven que como sus antecesores mantienen una vocación común.
No obstante, no puede dejarse de lado y ser constante, el apoyo institucional hacia las iniciativas que sigan manteniendo y mejorando la musicalidad de la villa de Teror.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

LOS RANCHOS DE ÁNIMAS

EUGENIO EGEA MOLINA

Tradicionalmente, se trata grupos de hombres (en Canarias, la palabra “rancho” tiene la acepción de grupo de personas) que desde tiempo remoto -tres o cuatro siglos- se dedicaban a pedir por las ánimas, en Canarias perviven denominados como ranchos de ánimas o de pascua; encontrándose en proceso de extinción. 
Estos grupos musicales son los más antiguos que se forman en las islas.
Foto: globalsu.net
Según los estudiosos, se trata de una versión cristianizada de celebración de antiquísimos ritos paganos a los muertos que se daba en la zona mediterránea.
Estos grupos comenzaban su andadura desde principios de noviembre (época de rememoración de los finados o difuntos) hasta pasadas las Navidades (por el día de la Candelaria, 2 de febrero); cantando por el alma del difunto en casa de los familiares donde recibían limosnas y entregaban en las iglesias para misas. En épocas navideñas se exaltaba el nacimiento de Jesús.
Prácticamente, alrededor del siglo XVII, existieron en casi todos los pueblos y parroquias de nuestras islas; en la actualidad, en Gran Canaria sólo existen en Teror (Arbejales) y Valsequillo. En Lanzarote, pervive el Rancho de Pascua de Teguise.
Su objetivo era mantener el culto piadoso por las personas fallecidas; iban de casa en casa cantando y recogiendo dinero, que luego entregaban a la iglesia, con el fin de que se celebraran unas misas de en su nombre.
Por tanto, entre los temas usados, cabe destacar los que están dedicados a las bondades del difunto, las vidas de santos, o a los milagros; además del tema navideño. Realizándose de forma improvisada siguiendo una métrica y ritmo: endechas –en octosílabos- y coplas en hexasílabos.
En lo referido a su instrumental, es importante que la guitarra esté bien afinada, muy baja y tocada sólo en forma de acordes. El tambor, si lo hubiera, ha de ser una versión pequeña de caja militar y tocado con una baqueta corta. Pero además de esto hay quien utiliza también un pandero de sacudir, con un aro grueso que actúa como caja de resonancia, chapas sólo por una parte y unos travesaños con cascabeles. Aparte de estos, también nos encontramos con espadas o triángulos.