sábado, 15 de agosto de 2020

JUAN NÚÑEZ DE LA PEÑA

EUGENIO EGEA MOLINA

Insigne historiador, genealogista y cronista

Bautizado el 31 de mayo 1641 y fallecido en 3 de febrero de 1721; en S. Cristóbal de La Laguna (Tenerife).

Hijo de Juan Núñez de la Peña, natural de Tenerife, y María Solís, de Córdoba.

Estudió Latín y Humanidades en el colegio de S. Agustín de su ciudad natal, siguiendo estudios eclesiásticos por los que recibió órdenes menores en 1659.

De joven viajó a la península, viviendo temporalmente en Toledo, donde ejerció de escribano público.

De vuelta a su isla, comienza a recopilar documentación para escribir su obra magna “Conquista y antigüedades de las islas de la Gran Canaria" que se publicó en 1676; convirtiéndose en una referencia de la historiografía de Canarias.

Nombrado como notario de la inquisición de Canarias in iterin, en Las Palmas. De esta forma, se saltaba el requisito de presentar limpieza de sangre, puesto que parte de su ascendencia venía de conversos judíos, cuestión que tampoco aborda en sus noticias genealógicas. Aún así, obtuvo el cargo de Familiar del Santo Oficio

Así, su dedicación y pasión fueron el estudio de la historia y la genealogía. Investigó los apellidos del archipiélago, para ello realizó un arduo trabajo, exhumando una ingente cantidad de documentos notariales y parroquiales.

Por su trayectoria y conocimientos, en el año 1701, fue nombrado Cronista General de los reinos de Castilla y León, conllevando una asignación monetaria.

Algunas de sus obras inéditas:

- Escudos de armas sobre familias isleñas, con anotaciones.

- Libro de capellanías de Tenerife con árboles genealógicos.

- Instrucciones y formularios para acceder a las órdenes millitares.

- Escribanos de Tenerife y familias.

- Índice de genealogías.

En sus últimos años perdió la vista debido a la lectura de tanta documentación antigua, conservando una extraordinaria memoria de la que no escapaba genealogía y abolengo alguno. En este sentido, se cuenta que José Mesa el viejo se dirigió a su casa, en la calle de S. Agustín, para consultarle acerca de unas genealogías, Núñez de la Peña que estaba completamente ciego le dijo que cogiera un papel y anotara, mientras le dictaba la ascendencia paterna y materna, así como las fechas. Mesa nada convencido, se fue consultar los datos aportados, comprobando la exactitud de los mismos. Hartamente sorprendido, dijo: “tenía algún demonio en la cabeza y un saber extraordinario”.


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