Alrededor de 1485, en Gran Canaria quedaban tan sólo unas pocas fortificaciones para proteger la isla de los conquistadores hispanos; una de éstas era la Fortaleza de Ansite: una cueva en un peñasco abrupto, en los alrededores del Barranco de las Tirajanas.Desgastados por las tropas castellanas de Pedro de Vera , por la hambruna tras cinco años de conquista, muchos isleños, finalmente, decidieron rendirse; Sin embargo Bentejuí, prefirió suicidarse antes que darse por vencido.
Bentejuí se trasladó, encabezando un importante contingente humano, hacia la protección que brindaban las agrestes montañas de Tirajana. Pero, de nuevo, fueron cercados en Ansite, paraje cuya localización exacta aún se discute. Esta vez la espera acabó en éxito para los castellanos, previa mediación de Fernando Guanarteme ante los cansados sitiados, que finalmente aceptaron las condiciones de rendición. Todos, menos Bentejuí y el faycán teldense, que prefirieron mantener su libertad hasta el último momento de sus vidas. Bentejui y los que allí estaban se suicidan ante el grito de ATIS TIRMA.
Es muy probable que, antes, Bentejuí (Wenteghuyyit, ‘éste vocifera, alerta o invoca’) interviniera también en la famosa Batalla de Ajódar, donde los castellanos sufrirían la mayor derrota en la Isla, contribuyendo con su arrojo a que los canarios salieran indemnes en los inciertos episodios de asedio a los que fueron sometidos. Con su desaparición, se sellaba la finalización “oficial” de la conquista de Gran Canaria, un 29 de abril de 1483.
Hoy en día muchas personas participan en la Ruta de Bentejuí, que se celebra cada mes de abril para conmemorar el acontecimiento en el que nuestro protagonista dirigió a los suyos desde el Bentayga hasta Ansite, con un trazado aproximado al que siguiera el último gran héroe de Canaria.
CRISTINA LÓPEZ DÍAZ
Bentejuí se trasladó, encabezando un importante contingente humano, hacia la protección que brindaban las agrestes montañas de Tirajana. Pero, de nuevo, fueron cercados en Ansite, paraje cuya localización exacta aún se discute. Esta vez la espera acabó en éxito para los castellanos, previa mediación de Fernando Guanarteme ante los cansados sitiados, que finalmente aceptaron las condiciones de rendición. Todos, menos Bentejuí y el faycán teldense, que prefirieron mantener su libertad hasta el último momento de sus vidas. Bentejui y los que allí estaban se suicidan ante el grito de ATIS TIRMA.
Es muy probable que, antes, Bentejuí (Wenteghuyyit, ‘éste vocifera, alerta o invoca’) interviniera también en la famosa Batalla de Ajódar, donde los castellanos sufrirían la mayor derrota en la Isla, contribuyendo con su arrojo a que los canarios salieran indemnes en los inciertos episodios de asedio a los que fueron sometidos. Con su desaparición, se sellaba la finalización “oficial” de la conquista de Gran Canaria, un 29 de abril de 1483.
Hoy en día muchas personas participan en la Ruta de Bentejuí, que se celebra cada mes de abril para conmemorar el acontecimiento en el que nuestro protagonista dirigió a los suyos desde el Bentayga hasta Ansite, con un trazado aproximado al que siguiera el último gran héroe de Canaria.
CRISTINA LÓPEZ DÍAZ
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