EUGENIO EGEA MOLINA
En la época del imperio romano, estando el norte de África bajo su dominio, la llamada provincia de Mauretania. En la actualidad, se asientan los territorios de Marruecos y Argelia, cuya población estaba compuesta de pueblos bereberes, dedicados al pastoreo seminómada.
Muchas de estas tribus, se rebelaron contra el yugo romano, produciéndose importantes y sangrientos conflictos; así como la muerte de autoridades allí enviadas por Roma.
Ante esta situación de rebeldía, el senado romano con el fin de sofocarla y dar un castigo ejemplar, envía sus legiones para apagar y acallar esta desobediencia de los norteafricanos.
Con este propósito, el ejército imperial prende a los principales líderes de las revueltas y, públicamente, a los rebeldes les infringen duras torturas y les cortan sus cabezas, como escarmiento y ejemplo ante el resto de la población.
Por su parte, a los que no tuvieron una participación activa y solo siguieron o encubrieron a los demás, para que no se produjeran motines en el futuro y sirvieran de aviso a siguientes generaciones, los desposeyeron y les extirparon sus lenguas de raíz. Así, nunca podrían deleitarse ni celebrar que se levantaron contra Roma.
Niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos y ancianas: todos, quedaron sin lengua. Posteriormente, se les expulsó de su tierra, siendo trasladados y embarcados en naves romanas. Estos pasajeros cautivos que viajaron en condiciones infrahumanas, al acercarse a las costas las islas Afortunadas, los arrojaron y abandonaron. Allí quedaron hambrientos, depauperados y harapientos; dejados a su suerte y solo con algunos animales para subsistir.
De esta manera, la leyenda explica como se poblaron las islas Canarias.
Esta leyenda viene recogida desde muy antiguo en las crónicas, concretamente en Le Canarien (siglo XV) se menciona a los deslenguados.
Por su parte, Abreu y Galindo, en su Historia de la Conquista de las Siete Islas de Canaria, aparte de relatarlo en su capítulo V, afirma que esto se encontraba en un “libro grande” desaparecido de la biblioteca de la Catedral de Santa Ana en el real de Las Palmas.
Viera y Clavijo pone en duda esta interpretación poco objetiva y no ajustada a la realidad, calificándola como una anecdótica.
También se ha utilizado para explicar el porqué del silbo gomero, todos sabemos la importancia que tiene la lengua en su ejecución. Desquitando toda esta aureola mágico-fantástica, lo que la investigación ha podido constatar es el origen amazigh (bereber) de los primeros pobladores de las islas, comprobado principalmente en estudios arqueológicos, filológicos y bio-genéticos. Asimismo, que su arribadas -presumiéndose varias- serían entre seis siglos antes y uno después de nuestra Era.
Sin embargo, queda una cuestión importante por resolver: ¿cómo y de que forma llegaron a las islas desde el continente?
En la época del imperio romano, estando el norte de África bajo su dominio, la llamada provincia de Mauretania. En la actualidad, se asientan los territorios de Marruecos y Argelia, cuya población estaba compuesta de pueblos bereberes, dedicados al pastoreo seminómada.
Muchas de estas tribus, se rebelaron contra el yugo romano, produciéndose importantes y sangrientos conflictos; así como la muerte de autoridades allí enviadas por Roma.
Ante esta situación de rebeldía, el senado romano con el fin de sofocarla y dar un castigo ejemplar, envía sus legiones para apagar y acallar esta desobediencia de los norteafricanos.
Con este propósito, el ejército imperial prende a los principales líderes de las revueltas y, públicamente, a los rebeldes les infringen duras torturas y les cortan sus cabezas, como escarmiento y ejemplo ante el resto de la población.
Por su parte, a los que no tuvieron una participación activa y solo siguieron o encubrieron a los demás, para que no se produjeran motines en el futuro y sirvieran de aviso a siguientes generaciones, los desposeyeron y les extirparon sus lenguas de raíz. Así, nunca podrían deleitarse ni celebrar que se levantaron contra Roma.
Niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos y ancianas: todos, quedaron sin lengua. Posteriormente, se les expulsó de su tierra, siendo trasladados y embarcados en naves romanas. Estos pasajeros cautivos que viajaron en condiciones infrahumanas, al acercarse a las costas las islas Afortunadas, los arrojaron y abandonaron. Allí quedaron hambrientos, depauperados y harapientos; dejados a su suerte y solo con algunos animales para subsistir.
De esta manera, la leyenda explica como se poblaron las islas Canarias.
Esta leyenda viene recogida desde muy antiguo en las crónicas, concretamente en Le Canarien (siglo XV) se menciona a los deslenguados.
Por su parte, Abreu y Galindo, en su Historia de la Conquista de las Siete Islas de Canaria, aparte de relatarlo en su capítulo V, afirma que esto se encontraba en un “libro grande” desaparecido de la biblioteca de la Catedral de Santa Ana en el real de Las Palmas.
Viera y Clavijo pone en duda esta interpretación poco objetiva y no ajustada a la realidad, calificándola como una anecdótica.
También se ha utilizado para explicar el porqué del silbo gomero, todos sabemos la importancia que tiene la lengua en su ejecución. Desquitando toda esta aureola mágico-fantástica, lo que la investigación ha podido constatar es el origen amazigh (bereber) de los primeros pobladores de las islas, comprobado principalmente en estudios arqueológicos, filológicos y bio-genéticos. Asimismo, que su arribadas -presumiéndose varias- serían entre seis siglos antes y uno después de nuestra Era.
Sin embargo, queda una cuestión importante por resolver: ¿cómo y de que forma llegaron a las islas desde el continente?
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