EUGENIO
EGEA MOLINA
Insigne
historiador, genealogista y cronista
Bautizado
el 31 de mayo 1641 y fallecido en 3 de febrero de 1721; en S.
Cristóbal de La Laguna (Tenerife).
Hijo
de Juan Núñez de la Peña, natural de Tenerife, y María Solís, de
Córdoba.
Estudió
Latín y Humanidades en el colegio de S. Agustín de su ciudad natal,
siguiendo estudios eclesiásticos por los que recibió órdenes
menores en 1659.
De
joven viajó a la península, viviendo temporalmente en Toledo, donde
ejerció de escribano público.
De
vuelta a su isla, comienza a recopilar documentación para escribir
su obra magna “Conquista y antigüedades de las islas de la Gran
Canaria" que se publicó en 1676; convirtiéndose en una referencia de
la historiografía de Canarias.
Nombrado
como notario de la inquisición de Canarias in iterin, en Las Palmas.
De esta forma, se saltaba el requisito de presentar limpieza de
sangre, puesto que parte de su ascendencia venía de conversos
judíos, cuestión que tampoco aborda en sus noticias genealógicas.
Aún así, obtuvo el cargo de Familiar del Santo Oficio
Así,
su dedicación y pasión fueron el estudio de la historia y la
genealogía. Investigó los apellidos del archipiélago, para ello
realizó un arduo trabajo, exhumando una ingente cantidad de
documentos notariales y parroquiales.
Por
su trayectoria y conocimientos, en el año 1701, fue nombrado
Cronista General de los reinos de Castilla y León, conllevando una
asignación monetaria.
Algunas
de sus obras inéditas:
-
Escudos de armas sobre familias isleñas, con anotaciones.
-
Libro de capellanías de Tenerife con árboles genealógicos.
-
Instrucciones y formularios para acceder a las órdenes millitares.
-
Escribanos de Tenerife y familias.
-
Índice de genealogías.
En
sus últimos años perdió la vista debido a la lectura de tanta
documentación antigua, conservando una extraordinaria memoria de la
que no escapaba genealogía y abolengo alguno. En este sentido, se
cuenta que José Mesa el viejo se dirigió a su casa, en la calle de
S. Agustín, para consultarle acerca de unas genealogías, Núñez de
la Peña que estaba completamente ciego le dijo que cogiera un papel
y anotara, mientras le dictaba la ascendencia paterna y materna, así
como las fechas. Mesa nada convencido, se fue consultar los datos
aportados, comprobando la exactitud de los mismos. Hartamente
sorprendido, dijo: “tenía algún demonio en la cabeza y un saber
extraordinario”.